Partimos de Vilanova el viernes día 04 a las 19,30 Ho con dirección a Cala Sa Calobra. Las condiciones meteorológicas no eran buenas porque nos afectó la Depresión que atravesó el Este Peninsular durante todo el fin de semana, como habréis podido comprobar por los medios de comunicación. A la Ida tuvimos vientos en ceñida de fuerza 5-6, la mar marejadilla y en ocasiones marejada; nos libramos, eso sí, de la lluvia que la ibamos dejando a nuestra espalda. Llegamos a Cala Sa Colobra cumpliendo el Plan previsto, como de costumbre, pero abortamos la entrada por el mal estado de la mar y la imposibilidad de encontrar un fondeo estable. Nos dirigimos al Puerto de Sóller buscando abrigo.
En Sóller lucía un sol radiante y los numerosos grupos de turistas nos hacían pensar en el verano que tanto estamos esperando y deseando. Comimos en una terraza elevada, con inmejorables vistas a la bahía y el puerto, momentos en la vida de los navegantes que no tienen precio, como bien sabéis. Tras varias horas de paseo y compras zarpamos de regreso.
La Vuelta tuvo un cariz totalmente distinto, las previsiones meteorológicas no se cumplieron en absoluto, como sucede con tanta frecuencia. Nos dirigimos a Cala Sa Colobra con una mar mucho más manejable y pudimos comprobar que todavía existen lugares idílicos y prácticamente sólo al alcance de los accesos por mar ¡algún privilegio hemos de tener los sufridos navegantes!. Alrededor de la media noche el viento amainó y recogimos velas, todo el regreso nos castigó una enorme mar de fondo que, por descontado, también nos venía de proa y parecía que el barco era un tiovivo.
La comida resultó excelente, a pesar de las indisposiciones: sólo a modo de ejemplo, citar el queso de oveja churra, arroz salvaje con alcachofas, redondo de ternera, pollo relleno, fideuá, repostería selecta, ….. El ambiente muy bueno, en esta ocasión se incorporó un joven cineasta que tomo más de 4.000 fotos de la vida a bordo, muchas rarísimas para los que no somos de la profesión.
Ahora, acabadas las «Prácticas para hacer Callo», toca la puesta a punto del Crucero de Altura anual ¡espero que hayáis disfrutado con el entrenamiento y aceptéis que todos estos esfuerzos eran del todo necesarios!.



